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MÚSICA PARA MODERNOS
Depeche Mode, de los
orígenes del tecno al éxito de masas
Aunque recién ahora sean populares en estas playas, la
banda británica que arrasa los charts europeos y se
extiende a EE.UU. lleva ya diez años de batalla. Entre
tanta bola que hoy se hace llamar tecno, los Depeche
asoman como puristas del género, capaces de seducir a un
tiempo al público y a los melómanos más exigentes.
Algo más que una moda pasajera
Surgieron hace diez años, provenientes de un pequeño
pueblo al este de Londres, simultáneamente con la
aparición de los sellos independientes. Son, junto a New
Order, uno de los últimos exponentes del tecno en su
forma más pura y uno de los grupos nacidos con la new
wave que más discos ha editado. En Estados Unidos hay
quienes los desprecian por no usar batería y guitarras,
pero, a pesar de eso, su último disco, "101",
recientemente lanzado en la Argentina, fue registrado en
vivo en Pasadena ante 78 mil personas. Uno de sus
objetivos: "devolverle credibilidad al pop".
Hacia fines de los setenta, principios de los ochenta,
se respiraban aires de cambio en Gran Bretaña. De la
mano de la nueva tecnología, y agrupados bajo el poco
claro término "new wave", una gran cantidad de distintos
géneros (tecno, ska, dark, etc.) comenzaron a poblar los
charts ingleses, fenómeno que coincidió -no por
casualidad- con la aparición de un respetable número de
sellos independientes.
Londres era la Meca, y hasta allí convergían las nuevas
bandas, recibidas con los brazos abiertos por los
incipientes ejecutivos de Beggars Banquet, Factory,
Stiff, Rough Trade, 4AD y Mute -por nombrar solo
algunos-, ta los estrafalarios nombres de las nuevas
escuderías. En uno de los tantos encuentros que se
produjeron por entonces, Daniel Miller, cabeza del grupo
The Normal y dueño del sello Mute, conoció a los Depeche
Mode mientras estos hacían de teloneros de otra banda en
un pub londinense, dando comienzo a una amistad que ya
lleva más de diez años y a una de las carreras más
prolíficas y originales de la new wave. Desde entonces,
junto a Nick Cave, los Depeche Mode han sido el plato
fuerte de Mute.
Sonido sintético
"Cualquier cosa era mejor que tener que ir a trabajar
una vez terminado el colegio". La frase de Keith
Richards era por entonces moneda corriente en
Inglaterra, y si uno conseguía armar una buena banda de
música, mejor. Basildon un pequeño pueblo al este de
Londres, no era la excepción al a regla: Vince Clarke,
Martin Gore y Andrew Fletcher, tres de sus adolescentes
habitantes, aporreaban un sintetizador y dos guitarras
agrupados ya como Depeche Mode, nombre que habían tomado
de una revista de modas francesa. Al poco tiempo se
incorporó David Gahan como vocalista y, tras unos meses
de presentaciones en pequeños bares, conocieron a Daniel
Miller. "Con Mute -dirían más tarde- tenemos la
posibilidad de desarrollar nuestro propio estilo a
nuestro propio paso; dándonos el tiempo que necesitamos
y sin que nadie nos apure".
En 1981, apareció Speak & Spell, álbim debut de la
banda, para algunos el mejor de su producción. La idea
de salir de gira para presentar el disco sedujo
fácilmente a casi toda la banda, pero no a Vince Clarke,
adepto a la vida de los estudios de grabación, quien se
abrió del grupo, dando lugar a su reemplazo por Alan
Wilder y dejando a Martin Gore como cabeza artística.
Clarke formó Yazoo con otra nativa de Basildon, Alison
Moyet, y últimamente hace de las suyas junto a Andy Bell
en otro grupo habitué de los charts europeos: Erasure.
"Hace mucho tiempo que Vince se fue -declaró días
atrás
Alan Wilder, consultado sobre posibles rivalidades con
su antiguo compañero-, tanto que ya no pueden existir
problemas. Somos grupos muy distintos. En realidad, casi
no lo vemos: nosotros trabajamos mucho y él también.
Con su típico sonido tecno, aunque no tan frío como el
de otras bandas de su mismo género, los DM han ido
ganando espacios -especialico adolescente, aunque no
exclusivamente- en Europa primero y más recientemente en
los Estados Unidos. "Usamos sintetizadores -dice Alan
Wilder- y sintetizadores significa sintético: reproduce
sonido, no es sonido". Sonido sintético tomado, muchas
veces, de los lugares más insólitos. "Uno de los mejores
lugares para samplear -dice Martin Gore- es tu propia
cocina. Platos, Vasos, abrelatas, cacerolas, sartenes y
cubiertos ofrecen buenos sonidos para la percusión". Las
letras, en tanto, suelen tener toques románticos,
pincelazos irónicos y a veces parecen depresivas, aunque
ellos se empeñen en negarlo: "¿Depresivos?", se
defienden, "No, tan solo somos realistas".
Una mala palabra
En Estados Unidos hay quienes opinan que los DM no son
una verdadera banda: "No tienen baterista, no tienen
guitarras y usan cintas todo el tiempo", argumentan.
"Uno de nuestros objetivos -dice Martin Gore- es
devolverle la credibilidad al pop. En Inglaterra no hay
diferencias entre rock y pop, pero en Estados Unidos si:
decir pop es como decir una mala palabra".
Estados Unidos sin embargo les abrió finalmente sus
puertas. Fue durante su última gira, denominada Music
For The Masses Tour, en una de cuyas actuaciones se
registró su último disco, llamado 101, y la película del
mismo nombre, dirigida por D. A. Pennebaker. "Las cosas
parecen estar cambiando -declaro Alan Wilder en una
conferencia de prensa previa a una de sus ultimas
actuaciones-, ahora no son tan difíciles para grupos
como nosotros, o como The Cure o New Order, con quienes
tenemos varias cosas en común".
-¿El publico, por ejemplo? -insistio el hombre de
prensa.
-Tal vez -contestó Wilder.
-Dicen que gran parte de los que ven a DM son chicas...
-No es cierto -replicó Wilder un tanto molesto- en
Europa, por ejemplo, yo diría que el 80 porciento de
nuestro público son hombres. En Estados Unidos, es
cierto, tenemos buena aceptación entre las chicas y, por
alguna razón, entre la comunidad gay.
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