LA POLÍTICA DE LA VERDAD
Songs of faith and devotion" causó un estremecimiento
con su lanzamiento mundial, ya que debutó en el primer
puesto en Inglaterra y Estados Unidos, creando las bases
para la nueva Depechemanía. Pero el grupo no cayó en la
trampa de "más de lo mismo". La problemática vida
personal de su cantante Dave Gahan y las nuevas ideas de
Martin Gore, provocaron un profundo cambio. Éste es el
momento en que el telón se corre y el artista sale en
escena. Primer acto de una obra que propone ser larga.
Durante mucho tiempo, los fans de Depeche Mode, que a
esta altura suman legiones en el mundo entero, esperaron
pacientemente la salida del sucesor de Violator. Pero
parece que hasta el propio grupo está afectado por el
asunto: Songs of faith and devotion los pone a las
puertas de algo muy grande, realmente, ya sea el éxito a
gran escala (que ya conocieron con Violator), o el
abismo sin fondo del fracaso. Pero la historia de
Depeche Mode siempre fue ascendente; cada vez que
sacaron un disco vendieron un poco más que el anterior.
Se han movido desde una posición de grupo de culto
británico, puristas de los sintetizadores, a ser una
verdadera banda de estadios americanos. La cosa empezó
cuando Depeche se transformó en el grupito raro de 1984,
que colocó un Hit en el Top 40 Americano con "People Are
People", y cerró su circulo exitoso con las inapelables
seis copias de "Violator". ¿Se podrá abrir un nuevo
círculo, pero esta vez desde el éxito?
La respuesta indica que deberán hacerlo de un modo u
otro, porque el éxito de "Songs of faith and devotion"
superó de movida cualquier especulación inicial. En
Inglaterra, donde siempre han tenido un público devoto,
debutaron en el puesto número uno, lo que es poco usual.
Pero que también debuten en el primer puesto de la lista
estadounidense, habla de una expectativa que solamente
alcanza contadas comparaciones de éxitos instantáneos.
Bueno es saber que esto solo sucede con grupos de
trayectoria, cuyo nuevo trabajo es esperado
ardientemente por una inmensa base de fans. La última
vez que había sucedido tal fenómeno fue cuando los
irlandeses U2 lanzaron se "Atchung, baby" a fines de
1991.
Disfruta el silencio
La historia de Depeche Mode post-Violator, tiene que ver
mucho con la historia personal de su cantante Dave Gahan,
casi irreconocible con el pelo largo y la barbíta onda
Dartagnan, lo cual responde estrictamente a un plan.
Después de la gira de Violator, necesitaba
desesperadamente un descanso. Gahan se mudó a Los
Angeles, se dejó crecer el pelo hasta los hombros y se
casó con su nueva mujer. También comenzó a gustarle que
la gente lo llamara david en vez de Dave y la cabeza se
le dio vuelta con música de Jane's Addiction,
Soundgarden y Neil Young. "Ahora soy un fanático
acérrico de Neil Young" -ríe con el desenfado del hereje
que ultraja a sus seguidores. Pero quizás la diferencia
más grande es observable en su personalidad; mientras
antes compartía la timidez general y el apocamiento
grupal, ahora Gahan es un hiperactivo lleno de confianza
en si mismo. Tomo el mundo le llama la atención sobre el
cambio. "Cada pequeño aspecto de mi vida ha cambiado"
-guiña y enfatiza- "Todo. Y me gusta pensar que me he
transformado en una mejor persona que la que era. Han
pasado muchas cosas en los últimos tiempos".
Todo en Depeche Mode se ha ido transformando con el paso
del tiempo. Desde el sonido de juguete del primer disco,
a las sofisticadas canciones de "Violator" hay un
abismo. El mismo que se percibirá en "Songs Of Faith And
Devotion", aunque más predecible. Pero sigamos con Dave
Gahan. El muchacho empezó a salir en 1985 con Joanne, la
chica de su ciudad natal, Basildon. Dos años más tarde
se casaron y poco después nació el primer hijo, Jack. En
1991 iniciaron los tramites de divorcio. "Vos comenzás
todo con buenas intensiones -reflexiona Gahan-, pero
cuando estás en una banda de alguna manera te ves
atrapado. En un momento sentí que era necesario
redirigir mi vida, porque porque había aspecto de ella
que me hacían sentir mal". Claro, Dave no contaba con el
tremendo éxito de "Violator", y un montón de chicas
lindas esperándolo en el halls de los hoteles para
acostarse con él y complacerlo en el más mínimo
capricho. "te ponés como ciego y salís -trata de
explicarse-; es genial encontrarse con montones de
chicas y divertirse, pero después te das cuenta que sos
una mierda y que estás destrozando las vidas de otras
personas". Dave se sentía inmediatamente culpable.
"Absolutamente -asiente-, y el proceso se ha
desarrollado por años". El proceso se detuvo en 1990,
cuando en una de sus infidelidades, Gahan se enamoró de
teresa Conroy, una publicista. Justamente s había
enamorado de un hombre que decía cantar sobre el amor,
pero nunca enamorarse. "Creo -reconoce ahora- que en
realidad estaba negando mis verdaderos sentimientos.
Pero eso desapareció completamente".
El verdadero problema apareció cuando, después de la
transformación personal de Dave Gahan, Depeche Mode
retomó el trabajo para la creación del nuevo disco. Andy
Fletcher, Alan Wilder y el compositor Martin Gore, ya
estaban establecidos cada uno en lo suyo, con sus
familias e hijos, y de pronto tienen que lidiar con un
Gahan completamente nuevo. Menudo problema. El encuentro
se produjo en los primero meses de 1992 en Madrid, en
una villa que el grupo alquiló para grabar el álbum. La
primera sesión fue un desastre absoluto. Gahan,
intoxicado con el ambiente rockero de la west coast, era
partidario de hacer un disco agresivo, muy energético.
Hubo fortísimas discusiones. "La mayor parte del tiempo
-acuerda Gahan- para ellos era hasta difícil estar en la
misma habitación que yo".
Finalmente las asperezas se limaron y la nueva actitud
de Gahan sirvió para propulsar un nuevo sonido en "songs
of faith and devotion", que adquirió la atmósfera más
directa que Dave pretendía, pero son perder la línea
electrónica que caracteriza a Depeche Mode. No olvidemos
que Martin Gore sigue teniendo la batuta musical de la
banda. Andy Fletcher se pone realista y dispara: "Cuando
Martin deje de escribir canciones, Depeche Mode se
terminó". Razón no le falta, pero no hay que olvidar,
que un grupo siempre es una conjunción de elementos y
personalidades. De todos modos la palabra final la
tendrán los millones de consumidores que ácidamente
reservaron su copia del álbum, haciéndolo detonar en el
número uno. Con "Songs of faith and devotion", Depeche
Mode llega al punto en que el artista decide
reinventarse a si mismo y ofrecer algo distinto. Veremos
que pasa cuando toda esa gente escuche el disco y opine
al respecto.
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