|

Biografía
Aquí podrás encontrar la historia de Depeche
Mode, acompañada de imágenes, entrevistas,
fichas personales, etc. Parte de este texto,
al igual que las fichas personales fueron
extraídos del libro "Imágenes del Rock"
(Silvia Grijalba), el cual se encuentra con
algunas modificaciones y, además,
actualizado hasta la fecha por Argentina
Mode.
Biografía - Parte 1
| Parte 2 | Parte 3
| Parte 4 |
Sub-Navegación
«
Biografía
●
DM en Argentina
●
Q+A - Alan Wilder
●
Curiosidades
●
Descargas
●
Enlaces
●
Contacto
●
Créditos
● |
|
|
|
 |
»
Blasfemias y masoquismo |
Los motores de la mente de Martin iban poco a poco
calentándose. Una vez atravesada la etapa comprometida,
los Depeche se soltaron la melena y empezaron a hablar
de cuestiones poco recomendables para el público
adolescente que compraba sus discos. Los títulos de dos
de las canciones del disco eran ya de por sí bastante
significativos: "Rumor blasfemo" y "Amo y
siervo", pero el contenido de las canciones de estos
chicos de Basildon, otrora tan poco preocupados por el
interior de sus composiciones, era otro golpe en el
estómago... ¿ quién podría creer que Depeche Mode se
convertirían en una réplica de los New York Dolls, con
estribillos como el siguiente ?:
"trátame como a un perro
déjame a cuatro patas, sobre mis rodillas (...).
Vamos a jugar al amo y al siervo".
Pues sí, era cierto, y el
grupo adolescente que encantaba a las madres, con esos
magníficos cortes de pelo e indumentaria bastante
adecuada sufrieron una metamorfosis absoluta, se
agarraron a la mitología de la depravación y, cuidando
hasta el último detalle, se trasladaron a los estudios
Hansa de Berlín, para, contagiándose del espíritu más
canalla de Bowie (que allí fue donde grabó "Heroes"),
construir el disco del escándalo, el cuero, los tatuajes
y la pintura de uñas negra.
Martin, que se había ido a Berlín unos meses antes de la
grabación del disco para componer las canciones, explicó
irónicamente a una revista alemana el porqué del
contenido del disco que estaba preparando : "después
de unas cuantas canciones pop insulsas, nuestro público
está preparado para un poco de perversión".
La obsesión por no aparecer como la típica banda de
niñitos haciendo canciones para divertirse fue -juzgando
las declaraciones del grupo en aquella época- la razón
esencial de este giro hacia los temas prohibidos y la
indumentaria a medio camino entre el travestismo y el
heavy-metal. Casi por sistema, el grupo tuvo que
explicar, canción por canción, el contenido de "Some
Great Reward" (1984).

La primera revolución llegó con la salida a la luz del
simple de "Blasphemous Rumours", una canción que
algunas cadenas de radio se negaron a poner y que la
prensa inglesa más tradicional se encargo de publicitar
muy a su pesar. The Sun, que jamás se había ocupado del
grupo, emprendió una batalla contra ellos y todo el
mundo hablaba de la banda. Incluso el párroco de la
iglesia de Basildon que, refiriéndose a la canción de
los "hijos descarriados", escribió en una de sus hojas
parroquiales "Si Dios mandó a su único hijo al mundo,
jamás podremos decir que tiene un sentido del humor
macabro".
De hecho, el grupo comenzó a ensayar -después de que la
madre de Vince les echara del garaje de su casa por
hacer demasiado ruido- en la parte trasera de una
parroquia de su ciudad, en la que el cura les ponía como
única condición para practicar allí que no tocaran
demasiado fuerte.
El estribillo de la canción del escándalo decía:
"no quiero lanzar ningún rumor blasfemo
pero creo que Dios tiene un sentido del humor bastante
negro
y cuando muera imagino que me lo encontraré riéndose"
Pero, pese a las
apariencias, la banda se empeñó en explicar que la gente
no debía caer en el equívoco, porque "Blasphemous
rumours" no era una canción anti-religiosa. "En este
tema -declaraba Dave Gahan, que la primera vez que
apareció en público fue en el coro del Ejército de
Salvación- Martin se ha limitado a hablar de algo que
la gente siente en muchos momentos de su vida. Todos los
miembros del grupo tenemos una cierta formación
religiosa. Andy, especialmente, y yo íbamos regularmente
a la iglesia hasta que cumplimos 18 años, por lo tanto,
supongo que tenemos un cierto sentimiento de rebeldía en
ese sentido".
Andy, el miembro del grupo con una formación religiosa
más fuerte, aprovechaba la controversia para dar su
opinión sobre la Iglesia: "Yo me alejé de la religión
-declaraba en septiembre del 84- porque me di cuenta de
que estaba llevando una vida absolutamente monótona.
Quería vivirlo todo plenamente y me di cuenta que para
llevar una existencia acorde con las leyes morales no
hacía falta estar dentro de una Iglesia. Es una pena que
el cristianismo esté tan pervertido, porque realmente
tiene algo que ofrecer".
Pero eso era sólo el principio de una letanía de "pies
de página" para explicar el contenido de cada uno de los
temas. El auténtico discurso tuvieron que hacerlo cuando
se editó "Master and Servant", el segundo single
del disco (posterior a "People are People"), que según
Martin, no tenía ninguna implicación sexual "es una
simple metáfora -declararía- de la dominación
política de los pueblos ricos sobre los pobres".
Metáfora o no, el caso es es que se salvaron de la
censura de la BBC por un pelo. La cadena les pidió una
copia de la letra para poder analizar detenidamente si
el contenido era digno de los oídos de su audiencia,
porque uno de los encargados de seleccionar los temas
que podían emitirse consideraba que era obsceno. La
suerte acompañó al grupo y cuando tuvo que tomarse la
decisión, el "censor" escrupuloso estaba de vacaciones.
"La chica que tuvo que dar la última palabra
-explicó Martin- estaba de acuerdo en que la canción
no tenía ningún peligro; consideró que hablaba del amor
y la vida, y así es realmente".
A partir de ese momento las cosas empezaron a cambiar.
En vez de compararles con Spandau Ballet o Duran Duran,
la prensa comenzaba a establecer paralelismos con los
más duros del barrio: Frankie Goes to Hollywood, que
justo en esa época habían "padecido" el gran
éxito-escándalo de "Relax". La indumentaria de cuero,
las cadenas y la imagen andrógina del grupo en general,
y especialmente de Martin Gore, contribuyó a aumentar el
morbo y, además de obligar a la gente a olvidar que
"Master and Servant" era una canción de profundo
contenido político, como ellos se empeñaban en recalcar,
conseguir que Depeche Mode se convirtiera en uno de los
grupos favoritos en el ambiente gay. Un público que se
acercó a ellos pese a que nunca participaron en
reivindicaciones al respecto, como harían posteriormente
Communards o el desertor Vince Clarke, en Erasure y,
además siempre han recalcado que sus gustos sexuales no
van por esa onda. El tema de la supuesta ambigüedad
sexual del grupo comenzó con la idea de Martin -el más
radical en cuanto a vestimenta se refiere- de aparecer
en público con una indumentaria a medio camino entre
Betty Page y Catwoman; un aspecto que hacía funcionar
aún más la imaginación después de leer declaraciones
como las que hizo a Record Mirrow en Berlín (tumbado, a
media noche, delante de los almacenes Woolworth de la
ciudad, porque decía que se sentía más a gusto haciendo
la entrevista así). "Me encanta el color negro y el
cuero en general -confesaba- hay algo en los pantalones
de cuero usados que me fascina. Me gusta la idea de
estar atado, la sensación de indefensión siempre me ha
excitado".

Unas semanas después, en una revista británica explicaba
porqué le gustaba vestirse de mujer, "me gusta
ponerme ropa de chica y eso no quiere decir que sea
travesti, ni que poniéndome esa ropa vaya a serlo. Me
gusta la combinación "anti-macho" de llevar pantalones y
una cazadora de cuero con ropa femenina. Desorienta a la
gente. Estoy buscando más cosas de ese estilo para poder
ponerme, pero no encuentro diseños nuevos dentro de la
indumentaria "sado-maso"".
Declaraciones provocativas para un momento absolutamente
consagrado al escándalo, del que Gore más tarde hablaría
como un pequeño pecado de juventud, que le pesaría el
resto de su carrera.
"Mirando hacia atrás -declaró en el 89-, la
verdad es que me arrepiento de algunas de las cosas que
me he puesto. En todas las entrevistas que hago el
periodista termina mencionando la camisa que llevaba. La
verdad es que pienso que tiene bastante gracia, pero
ahora estoy cobrando la broma que hice hace años. Hay
gente que sigue pensando que voy por ahí vestido como un
travesti".
Un año después, en plena etapa de éxito en Estado
Unidos, Dave recordaría la anécdota del primer día en el
que a Martin se le ocurrió salir con falda al escenario.
"Martin llevaba -declaró a la revista Rolling
Stone- unos pantalones de cuero, con una falda encima
de ellos. De pronto se le ocurrió decir que sólo quería
llevar la falda. Nosotros empezamos a gritarle, "¡pero
Martin, como vas a llevar solo la falda!, quítatela
ahora mismo"". "Yo no pensaba -comentó Martin-
que aquello fuera a causar todo ese revuelo, simplemente
me parecía divertido".
Envoltorios aparte, lo cierto es que en "Some Great
Reward" comienzan a intuirse elementos que más adelante
acompañarían a la banda a lo largo de toda su carrera.
Depeche Mode comenzaron a interesarse por músicos como
Steve Reich o Philip Glass, por el lado "culto", o Nick
Cave y Can, por el más "oscuro", que endurecerían el
aspecto azucarado del sonido Depeche. En este disco, que
costó 8.000 libras (Bastante barato para la época)
comenzaron a inmiscuirse en los laberintos técnicos de
la grabación. Se involucraron hasta la cabeza en las
posibilidades del "sampler" y se dieron cuenta de que
divirtiéndose también podían crear sonidos casi
geniales. Por ejemplo, en la versión maxi de "Master and
Servant", el sonido de azotes que se oye es real; Daniel
Miller se dedicó a golpear un sofá con una espumadera y
ese es el ruido que se oye en el disco.
El enorme éxito del grupo, la dinámica de grabación de
disco-promoción-gira-grabación que llevaban desde hacía
cuatro años y los cambios personales y musicales de los
miembros de la banda estuvieron a punto de conseguir que
tiraran la toalla, según declararía años después Dave
Gahan. "El momento más crítico de la banda, cuando
estuvimos a punto de dejarlo todo fue al final del año
85. Estábamos en un momento de tensión impresionante.
Sin descansar un solo día y con presiones por todas
partes. No estábamos seguros de que después de "Some
Great Reward" el grupo estuviera dispuesto a continuar
unido. Lo pensamos y decidimos que lo mejor era tomarse
las cosas con más calma. La verdad es que muchas veces
no me explico como pudimos salir vivos de todo ese
follón del principio".
Después de editar el 16 de septiembre del 85 "It's
Called a Heart", el último single del disco de la
discordia, "Some Great Reward", en octubre salió a la
venta la disculpa perfecta para tener al público
entretenido mientras ellos descansaban: "The Singles
81-85", un álbum de descanso, de transición, del que
Martin Gore diría: "Oyendo todos nuestros singles juntos
me doy cuenta de que mis canciones hablan esencialmente
de amor y sexo, para combatir el aburrimiento vital". |
|
 |
»
Cuestión de dureza |
Un tiempo de desintoxicación, de relax y meditación para
una banda que durante cuatro años no había parado ni una
sola semana seguida. Todo había salido rodado, quizás
demasiado bien como para en ese momento, en el borde
absoluto del éxito poder plantearse seriamente el
contenido del otro lado del abismo. En esa época, poco
antes de que saliera a la luz del recopilatorio de los
singles, Dave comentó que estaban en el borde justo
entre ser un grupo minoritario y uno absolutamente
masivo. La decisión estaba en sus manos y el resultado
en "Black Celebration" (marzo de 1986), un disco
premeditadamente oscuro, en el que la técnica se
convierte en absoluto protagonista y que coloca al grupo
en un estado intermedio, casi ideal, en el que venden
como un grupo de consumo masivo y son considerados,
especialmente en algunos países como España y Alemania,
una banda cercana a las de culto. Respecto a la
preparación del nuevo disco, Alan declaró en aquella
época a la revista "Keyboard" que el sampler había sido
-como vendría ocurriendo en adelante- un elemento
imprescindible en ese trabajo. "Cuando empezamos a
grabar el nuevo álbum nos pasamos los primeros días
sampleando sonidos sin parar. Alquilamos una batería y
otros instrumentos de percusión y los grabamos en el
sampler desde distintas habitaciones y en ambientes
diferentes. Después nos bastaba con acudir a nuestra
librería de sonidos para buscar el que mejor encajaba
con con la canción en la que estábamos trabajando".
El disco se grabó a medio camino entre los estudios
Westside de Londres y el Hansa Studio de Berlín, donde
se hicieron las mezclas de "Stripped" el primer
single del disco. La vuelta hacia lo industrial, la
dureza romántica de algunos temas que harían historia,
como "Fly on the Windscreen" o "Question of
Lust", consiguieron que la crítica, nunca demasiado
amable con el grupo, vertiera algunos comentarios
bastante favorables. Steve Sutherland del Melody Maker
decía: "Con este disco Depeche Mode se están
acercando quizá inconscientemente, a lo sublime. En "A
Question of Lust", "Question of Time" y "Stripped"
alcanzan un equilibrio casi perfecto entre luz y
oscuridad, palabra y lujuria. En muchos sentidos, estos
tres singles marcan su punto de salida. Por primera vez
suenan seguros de sí mismos y capacitados para correr
riesgos. Da la impresión de que, por primera vez,
Depeche Mode están preparados para dar el gran salto
definitivo". John Peel habló magníficamente en su
programa de la actuación del grupo en el Wembley Arena.
En cambio, Andrea Miller, los destrozó en un par de
frases desde las páginas del New Musical Express, en su
crítica de una actuación del grupo en Glasgow. "Son
el grupo más mediocre que ha creado en mucho tiempo la
industria del pop británico... Depeche Mode están faltos
de talento de una manera absolutamente cómica".

El estatus "asentado" del grupo, el hecho de haber
madurado (ya tenían todos entre 26 y 28 años) les hizo
replantearse cuestiones no solo de índole artístico. En
una entrevista de 1993 Dave comentaba que al principio
de su carrera estaban convencidos de que la promoción
era fantástica, cuantas más veces apareciera el grupo en
revistas más fácil era darse a conocer y vender discos.
"Pero a partir del 86 nos dimos cuenta -comentaba
Dave- de que no era necesario que hablaran de tí
constantemente; a veces es mejor aparecer en una sola
revista, estando seguro de que lo que escriben es lo que
tú has dicho. La prensa británica ha sido siempre muy
dura con nosotros. Siempre tenemos que estar
justificándonos ante la prensa en Gran Bretaña y eso,
sinceramente, nos llega a ofender".
En otra entrevista mantenida en el año 91, Andy
comentaba que el problema de la crítica con ellos era
exclusivamente de edad. "Los críticos durante muchos
años -comentaba- han sido personas de treinta y
pico o cuarenta años, criados con ritmos acústicos y los
postulados del rock más clásico. Cuando nosotros
aparecimos, aportando un concepto musical totalmente
distinto, los periodistas que adoraban a Dylan,
evidentemente se ensañaban con nosotros, no entendían
nada. Ahora las cosas comienzan a cambiar porque los
críticos actuales son, algunos, más jóvenes y entienden
lo que hacemos. Su educación musical es similar a la
nuestra y, por tanto, hablamos un lenguaje parecido, nos
movemos con un "background" afín".
De todas formas, en el 86, cuando salió a la luz "Black
Celebration" la actitud general -de prensa y público-
respecto a Depeche cambio radicalmente; las estridencias
de su etapa anterior quedaron absolutamente olvidadas,
para echar un vistazo a letras menos optimistas y,
seguramente, bastante más acordes con los sentimientos
íntimos de su público. Black Celebration.....
"Celebrar el hecho
de que hemos mirado hacia atrás
y ha pasado otro día negro"
....era el ejemplo de una de las letras del nuevo disco,
un trabajo del que Alan decía que era "simplemente
realista; no creo que resulte pesimista". Las
alusiones al sexo "peligroso", a la necesidad de cambiar
el mundo y hacer pensar a la gente se difuminaban en el
pasado; con "Black Celebration" Depeche buscaban la
sobriedad. Incluso el guardarropa "festivo" comenzó a
mutarse en uno prácticamente existencialista, (donde el
negro, por supuesto, continuaba siendo imprescindible).
Martin y compañía se volvían cada vez más escépticos y
reconocían que, a la vista de los resultados, no tenían
ningún interés en cambiar un ápice del mundo. "No
pretendo -declaraba Martin- que la gente cambie
su vida al oír las canciones de "Black Celebration". La
música no puede cambiar la opinión de nadie. El público,
simplemente, busca canciones que coincidan con su forma
de pensar e intenta reforzar esas ideas".
|
|
 |
»
Música para todos los públicos |
Después de una gira agotadora, en la que llenaron
estadios y recorrieron buena parte de la Costa Oeste de
Estados Unidos con un éxito bastante aceptable, Depeche
Mode, una vez instalados en la cumbre, deciden lanzar un
disco, con un título absolutamente irónico: "Music
for the Masses". Un nombre que, de nuevo, como venía
siendo costumbre a lo largo de su carrera, tuvieron que
explicar a un público que se lo tomaba al pie de la
letra. "Para muchos -comentaba Dave- "Music
for the Masses" era un titulo arrogante; se preguntaban
como podíamos tener la petulancia de dar un título así
cuando estábamos en el culmen de nuestro éxito, pero era
una broma absoluta, porque, entre otras cosas, nos
dábamos cuenta de que por mucha popularidad que
tuviéramos jamás penetraríamos en el público masivo por
excelencia". Para algunos el título iba más allá y
era una alusión descarada a la incapacidad del grupo
para entrar en el mercado americano por la puerta
grande. Allí les repetían una y otra vez que su música
no era suficientemente comercial, que no era "masiva" y
por esa razón Depeche Mode eligió este título.
Pero, en el fondo, "Music for the Masses" era un nombre
premonitorio. Un disco de ruptura, en el que incluso la
carátula daba pie a entender un paso adelante en la
historia del grupo. Atrás quedaba la suavidad casi
romántica del cisne envuelto en papel celofán de "Speak
and Spell", la trabajadora del campo de "A Broken Frame"
-símbolo de las ideas del comunismo preindustrial que
invadiría sus mentes en el siguiente trabajo-; el
trabajador del metal, martillo en mano, que ocupaba,
sudoroso, la portada de "Construction time again", como
representación del embadurnamiento absoluto en los
ideales socialistas -reflejado en las letras- o la
oscuridad urbana -resaca de la lujuria de "Some Great
Reward"- de "Black Celebration". Ahora un fondo blanco
rodea a unos altavoces de campo de futbol, desde los
que, se supone, sale la música de Depeche Mode, un grupo
que a partir de la edición de este disco (1987) empezó a
vivir durante al menos seis meses al año, en estadios y
recintos inmensos, imprescindibles para llegar a las
masas.

Una producción ampulosa, letras no demasiado ofensivas y
un equilibrio casi perfecto entre la espectacularidad y
la belleza introspectiva convirtieron a "Music for the
Masses" en un disco digno de su nombre. El pasaporte
para entrar de lleno en los Estados Unidos (fue el
primer trabajo de Depeche Mode que entraba directamente
en las listas de Top 40) y una máquina magníficamente
engrasada para conseguir que en los dos años siguientes
Depeche Mode se convirtieran en los amos de los Estadios
de Norteamérica; solo en 1988 tocaron para más de un
millón de americanos; pasando en unos meses de actuar en
pubs bastante reducidos a llenar los mismos recintos en
los que unas semanas antes había actuado Springsteen o
el Michael Jackson de turno. Un paso gigantesco, no solo
para el curriculum del grupo, que demostraba, por
primera vez en mucho tiempo, que las bandas electrónicas
también podían llenar estadios. Las guitarras dejaban de
ser el instrumento del rock masivo por excelencia y las
percusiones electrónicas, los teclados y los disparos
del sampler se convertían en una estética nueva, pero
perfectamente asimilable por los consumidores medios de
rock en vivo. |
|
 |
»
101 golpes |
Con la energía en las venas y la seguridad de que
aquello era imparable, los músicos que al principio de
su carrera reconocían que donde mejor se lo pasaban era
en el estudio de grabación, buscando nuevos sonidos,
sampleando otros recogidos en los sitios más extraños y
haciendo un poco el loco para conseguir el efecto
adecuado en el momento justo de una canción determinada,
ahora, en la recta final del 80, comenzaban a tomarle el
gusto a las relaciones en directo, al contacto cara a
cara con el público y se aficionaban a la endorfina que
sus glándulas segregaban cada vez que 50.000 personas
coreaban al unísono esos temas que ellos, como
alquimistas, habían hecho nacer en su laboratorio
musical.
Las vibraciones de 72.000 personas, reunidas en el
Rosebowl de Pasadena, fueron las culpables de la edición
de 101, un documental-película que muestra parte
de la gira americana de "Music for the Masses",
demuestra la capacidad de provocar histerias de la banda
británica y que tuvo como complemento un disco en
directo, en el que se compilan los grandes éxitos del
grupo.
D.A. Pennebaker fue el encargado de grabar las
imágenes del histórico documental que sirve no solo para
ver como un grupo electrónico remueve las vísceras del
público, sin necesidad de recurrir a solos de guitarra o
a virtuosismos rockeros, si no que también muestra el "making
of" de los espectáculos de Depeche, las anécdotas del "backstage"
y las gracias de los otrora adolescentes de Basildon
que, en pleno 89, estaban a punto de entrar en la
treintena. El hecho de elegir a Pennebaker para que
rodara el "rockumental" parecía un hecho surrealista. ¿
Por qué los reyes del pop electrónico, los enemigos de
la tradición rockera de los sesenta elegían para su
particular precedente de "En la cama con Madonna" a un
hippie de los sesenta, autor del documental de Dylan "Don't
look me back"? La razón era muy sencilla: "Pennebacker
era, sin duda el que mejor conocía el funcionamiento de
lo que es un documental de un concierto. Nosotros
habíamos visto el trabajo que había hecho con Dylan y,
aunque no tuviera nada que ver con lo que hacemos, el
concepto, las imágenes, eran exactamente lo que teníamos
en mente".

La gran sorpresa se la llevo Pennebacker cuando Depeche
le llamaron para ver si quería ocuparse del rodaje de
101. "Cuando me llamaron -declaró a la revista
Time- lo primero que hice fue telefonear a mis hijos
y preguntarles: "¿ Quién demonios son esos Depeche Mode
?" Cuando fui a ver uno de sus conciertos de lo que me
di cuenta fue de la extraordinaria conexión que podía
verse entre una audiencia de clase media americana y un
grupo salido de la clase trabajadora británica, que en
el fondo, no tenían nada en común. Si lo pensabas
racionalmente no había ni un solo punto en el que
coincidieran, pero aquello era algo abstracto, una
necesidad devocional. De hecho, pienso que el público de
Depeche Mode en los 80 era muy parecido al de Dylan en
los 60".
El disco y el vídeo de 101 salieron a la venta el mes de
marzo de 1989. En esa época, después del enorme éxito
americano, del cambio en sus costumbres y unas
declaraciones reposadas, exentas del ansia de
provocación de sus primeros tiempos, Depeche Mode
comenzó a disfrutar del respeto que en otros tiempos les
había costado obtener. En 101 los miembros del grupo
aparecían como gente sencilla, bromista, con ganas de
festejar después de los conciertos y profesional en las
horas previas a subir al escenario. Las camisetas de
"marine", los vaqueros y las botas camperas les
conferían un aspecto aseado, absolutamente normal,
bastante alejado de la perversión indumentaria de otras
épocas.
Incluso los fans, parte esencial de 101, admitían que
Depeche es una banda absolutamente accesible. "Son
muy simpáticos, muy normales, aunque Martin es un poco
tímido, pero en cuanto se rompe el hielo, es encantador".
Y ellos, los admiradores de Depeche Mode, pudieron ver,
como parte del reparto de 101 algunas de las facetas
(por supuesto, seleccionadas) de la aparente intimidad
de la banda.
Para conseguir el ansiado puesto en la película se
reunieron cientos de fans de toda norteamerica,
dispuestos a casi todo con tal de estar cerca de los
Depeche. El método de selección era la capacidad para el
baile y la fotogenia. Los fans tenían que bailar durante
un rato y después contarle a la cámara porque les
gustaba Depeche Mode. "No valía decir -confiesa
una de las seleccionadas al fanzine oficial del grupo-
que te gustaban por lo bien que les sentaban los
pantalones de cuero o lo bueno que estaba Dave Gahan,
había que decir algo serio, inteligente". Una vez
pasada la prueba, los seleccionados se montaban en
autobuses y se disponían a formar parte de la gira.
Veían durante diez días todos los conciertos, asistían a
las fiestas en el "backstage" posteriores al recital y,
de vez en cuando, tenían encuentros casuales con los
miembros del grupo. "En nuestro autobús hicimos una
fiesta después de un concierto y vino Martin a donde
nosotros estábamos; dijo, vamos a tomar un trago de
tequila, yo me tomé tres y acabé absolutamente borracha,
me puse malísima".

Pero durante el año y pico de la gira de "Music for the
Masses" el grupo no se dedicó sólo a conquistar América.
En Europa también concedieron conciertos, en casi todas
las capitales; recitales que les llevaron incluso a
algunos países del este, como Praga, donde estuvieron en
el 88. Una actuación que, según se publica en el fanzine
del grupo, Bong, fue el primero que un grupo occidental
ofrecía en ese país. A partir de ahí los fans
checoslovacos de la banda fueron aumentando y en el 90,
tras la caída del comunismo, el club de fans del país
había reclutado a 3.500 fans. Un año después Mute
abriría oficinas en aquel país.
También en la época en la que se editaron el disco y el
vídeo de 101 la explosión de la música house y la vuelta
al "techno" de Detroit invadía las pistas de baile, los
cerebros de la juventud ávida de nuevos movimientos e
incluso la mente de los grupo más tradicionalista,
prácticamente inmovilistas, que dejaban en manos de DJs
sus canciones rockeras para que las transformaran en
maxis bailables, que no desentonaran con el resto de los
que hacían vender discos en las discotecas.
|
|
 |
»
Padres del House |
Para muchos, como se ha apuntado antes, Depeche Mode
eran los padres de la música house y Kraftwerk los
abuelos. Aunque Depeche renieguen de esos lazos
familiares y aseguren que su vida jamás ha dependido de
los grupos electrónicos de la primera generación, lo
cierto es que en el año de despedida de los ochenta,
Depeche se interesaban cada vez más por los entresijos
de la "house music" y de la "Electronic Body Music"
europea. De todas formas da la impresión de que la
conexión entre Depeche Mode y todos estos tipos de
música de discoteca está más, la mayoría de las veces,
en la mente de sus fans o de la crítica que en la del
grupo en sí. En un artículo aparecido en la revista The
Face, John McCready habla de una visita del grupo a
Detroit (la cuna de la música house) y en él se observa
lo importante que resulta la banda para la mayoría de
los grandes nombres de la movida musical de la ciudad y
la ignorancia absoluta, por parte del grupo, de buena
parte de los postulados de esta música que dice haber
bebido de las fuentes de los de Basildon. Kevin
Saunderson, el compositor de la mayoría de las canciones
de Inner City reconoce que cuando era DJ pinchaba sin
parar los discos del grupo.
"Solía poner las canciones de Depeche -reconoce-
antes de que supiera quienes eran. En esa época su
música era muy caliente, especialmente discos como "Strangelove".
Nosotros estamos muy influenciados por su sonido. Es
auténticamente música de baile progresiva, tiene ese
toque tan europeo, tan limpio... te hace bailar en
cuanto lo oyes".
Por otra parte, el mítico Derrick May, uno de los
grandes artífices del "techno de Detroit", no tiene más
que alabanzas para con el grupo. "Depeche Mode han
creado escuela. En América son capaces de gustar casi a
cualquiera, desde un chico como yo, que soy un adicto a
la música de baile más dura, a la muchedumbre que llena
los estadios de fútbol. Están de acuerdo con su tiempo,
imprimen el sonido adecuado a sus sintetizadores además,
no pueden evitarlo".
A Depeche Mode, en el fondo, todo eso les hacía gracia
y, por supuesto, les parecía magnífico. El auge de la
música house, la ascensión laboral de los DJ y el
respeto absoluto por la electrónica musical que pocos
años antes había estado completamente desprestigiada
favorece los propósitos de la banda aunque, sin poder
evitarlo, en el fondo les hace gracia que, de pronto, lo
electrónico sea lo último.
"Hace un par de años -declaraba Andy Fletcher a
la revista The Face- en una entrevista nos
preguntaron que cómo nos sentíamos haciendo música tan
anticuada. Eso fue antes de la explosión del house -una
época realmente oscura para la música electrónica- . Era
un tiempo en el que "electrónico" era una palabra sucia,
casi tabú. A la gente le dio por hablar de guitarras y
de sonidos acústicos. Aquello era como preguntarnos:
"Como se sienten estando acabados". Dave estuvo a punto
de asesinar al periodista". |
|
|
|
|
Biografía - Parte 1
| Parte 2 | Parte 3
| Parte 4 |
|
|
|